El recinto conventual de San Francisco -en su segunda fábrica- se construyó en la primera mitad del siglo XIV y actualmente se conservan in situ el claustro, la sala capitular y los entrepaños murales de la iglesia (trasladada a San Lázaro).
El claustro destaca por la profusión decorativa y en él encontramos dos tipos de capiteles decorados: vegetales y figurados (con animales y figuras humanas). En lo estilístico, la escultura del claustro se corresponde con el estilo orensano –denominación de Serafín Moralejo- en su fase de disolución (1325-1350) mientras que en lo iconográfico buena parte de las figuras derivan del repertorio románico (Pórtico del Paraíso y Claustra Nova).
Las escenas figuradas no forman un programa homogéneo, se intercalan con otras de tema vegetal, y dentro de ellas hay escenas de combate -entre animales, entre centauros y criaturas fabulosas, entre hombres y seres fantásticos- y escenas sobre la tentación y el pecado a las que se ve sometido el cristiano.
El capitel del centauro arquero (E14), aquí reproducido, se ubica en el ala este y representa a una mujer, cubierta con capirote, que tensa su arco para lanzar la flecha sobre un lobo que protege a otro con su cuerpo. El tema de los centauros -de tradición clásica- lo había retomado el Maestro Mateo en la Puerta del Paraíso de la catedral compostelana y el gótico orensano lo reinterpreta en el claustro franciscano.
Publicaciones:
FRAGA SAMPEDRO, María Dolores; FARIÑA BUSTO, Francisco: O convento de San Francisco de Ourense. Guías do Patrimonio Cultural, 6. Grupo Marcelo Macías, Ourense, 2000.
FRAGA SAMPEDRO, María Dolores: San Francisco de Ourense. Análisis histórico-artístico de la iglesia y convento. Anexos do Boletín Auriense, 28. Grupo Marcelo Macías, Ourense, 2002.