El retrato de Juan Manuel Paz Novoa –con certeza encargo personal–fue pintado en 1868 en Santiago de Compostela ya que así firma y data el lienzo el autor, J. M. Salgado Rodríguez. Es un retrato de busto, de pequeñas dimensiones y formato ovalado, algo habitual en el arquetipo de retrato burgués gallego del romanticismo, en el que Paz es retratado a la edad de veintinueve años, con la medalla de catedrático. Es una obra muy académica, en la que la fidelidad al retratado es lo esencial de manera que la pose, la vestimenta y las tonalidades usadas son consecuentes con el objetivo de dignificar al personaje y otorgarle la distinción social que le corresponde.
El interés de esta obra procede del retratado, Juan Manuel Paz Novoa (Ourense, 1839–1895), uno de los orensanos más ilustres de la segunda mitad del XIX. De su formación académica destacaremos la licenciatura en Derecho por la Universidad de Santiago (1861) y el grado de doctor en Derecho por la Universidad Central de Madrid (1862). La mayor parte de su vida transcurrió en Ourense donde mantuvo estrechas relaciones con el grupo de intelectuales de aquel período y fue amigo, entre otros, de Curros Enríquez, Valentín Lamas Carvajal y Marcelo Macías; pero también sabemos de su gran amistad con Manuel Murguía con el que mantuvo una intensa relación epistolar, y de hecho fue Paz quién lo enlazó con Emilio Castelar que llegaría a prologar Follas Novas (1880) de Rosalía de Castro. Paz Novoa tamén foi quen representou a Curros Enríquez no xuízo seguido contra el trala publicación de Aires da Miña Terra.
A través de este retrato, donado al Museo por Anselmo López Carreira, queremos recordar a este abogado, periodista y político que nació en Ourense un 4 de mayo de 1839.
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