En la quinta jornada, la #MuseumWeeK bajo el lema #ClimaMW nos invita a reflexionar sobre el cambio climático y a concienciarnos sobre su importancia de cara a un futuro más sostenible y un mundo más habitable.
Desde el Museo Arqueolóxico vamos a echar la vista muy atrás en el tiempo para, a través de tres piezas líticas -un hacha, una gubia y un posible pulidor- comprender cómo un cambio climático, en este caso natural, cambió a una sociedad y su cultura.
Las tres piezas serían representativas de los períodos más recientes de la Prehistoria: el Neolítico y el Calcolítico. Esta fue una etapa de transición climática global denominada paleoambientalmente como Subboreal y que se resume en una serie de cambios ambientales que provocaron la moderación de las condiciones atmosféricas -haciéndose más cálidas y húmedas- y la transformación progresiva de la cubierta vegetal esteparia en una frondosa vegetación de bosque. Este proceso natural se detecta en el registro arqueológico paleoambiental junto con mudanzas de las estructuras de trabajo y sociedad hacia formas más complejas de adaptación a los cambios en el medio, con el inicio de la producción de alimentos y conllevando una progresiva sedentarización de los grupos humanos. El nombre del principal período proviene de la utilización masiva de una nueva técnica de fabricación de utensilios líticos -el pulido-: el Neolítico (del griego νέος, néos: nuevo; λίθος, líthos: piedra); así como de un nuevo empleo de materias primas rocosas. Esta técnica responderá a las necesidades de los incipientes modos de vida, que motivaban la apertura de claros en los bosques por medio de las rozas y de la quema de vegetación, de donde se experimentarán los primeros cultivos y el pastoreo -domesticación-para complementar la dieta diaria.
Más información en la Pieza del mes de junio de 2013