La Exposición O camiño real de Castela a Santiago por Ourense, base do camiño de peregrinación Vía da Prata, pretende dar a conocer, de forma gráfica, la realidad histórica de esta ruta, una de las más importantes infraestructuras territoriales de Galicia, el proceso histórico de su formación y transformación y la valoración de su valor patrimonial.
La ruta aparece hoy enmarcada en la denominación de «Camiño de Santiago» en la Ley 3/1996, de 10 de mayo, de Protección dos Camiños de Santiago, con el título de «Ruta da Prata», y en fase de estudio para la propuesta de delimitación de su trazado y zonas de protección. Pero además de su realidad jacobea, tiene un valor cultural propio como antigua vía de comunicación que atraviesa espacios naturales de gran belleza y contrastes adornados con un rico patrimonio, producto de una larga y fecunda historia.
Tomando como base la documentación de carácter histórico-literario –crónicas, relaciones de viajes y diarios de peregrinación– se va haciendo la reconstrucción de su trazado. También, a través de las fuentes de archivo, generadas por las administraciones que históricamente tuvieron competencias en materia de construcción, mantenimiento y reparación de caminos, se intenta reflejar la precariedad de las comunicaciones en el siglo XVIII, y el mal estado de los puentes, principales obras de la infraestructura viaria, sobre lo que tantas veces alzarían sus voces los pensadores e ilustrados gallegos. Para su arreglo, en 1746, el Intendente General de Galicia, José de Avilés, dictó una Instrucción general para la composición de los caminos de este Reino. Los reconocimientos hechos en este año por los maestros de obras Lorenzo Gosende y Francisco Vidal, para comprobar sus necesidades, permiten comprobar la naturaleza del estado de estos caminos, así como la inspección hecha en el año siguiente por el arquitecto José Vidal, mandado por el Intendente para reconocer las obras acometidas y marcar lo que habría que hacer en el futuro. La aprobación en 1786 del segundo camino a Madrid, dio lugar a nuevos reconocimientos, siendo de gran interés el del diputado Vicente Vázquez del Viso (1798), gran defensor de este proyecto, y el del conde de Guzmán, Inspector General de Caminos (1799), para trazar el itinerario a seguir por la nueva carretera de Benavente a Ourense, considerada como fundamental para el progreso económico del reino.
La selección de mapas y planos manuscritos, procedentes de diferentes archivos y bibliotecas, permite comprobar la densidad de los caminos del siglo dieciocho, herederos de los medievales. A pesar de su sencillez, esta aportación cartográfica representa una fuente de gran interés para el conocimiento del territorio, pues en ellos se da preferencia a las líneas de los caminos, ríos y puentes, antes de la famosa Carta Geométrica de Domingo Fontán (1845). Por su importancia destacan los planos del proyecto de la carretera de la Portela da Canda a Ourense (1840), del ingeniero Alejo Andrade Yáñez, al recoger el itinerario de este viejo camino de herradura sobre el que en parte se superponía la nueva carretera, así como los diseños de los puentes que fueron substituyendo las antiguas obras de fábrica para salvar las corrientes fluviales en su recorrido.
La transformación de la red viaria interior para servir al transporte actual requirió de grandes transformaciones. Con todo, el reconocimiento documental de este camino como parte de un territorio histórico y la valoración de sus elementos patrimoniales contribuyen a subrayar su identidad y dimensión en cuanto vía cultural.
Yolanda Barriocanal López