Esta exposición es un homenaje a la mirada. A esa capacidad de ver más allá de lo evidente, de encontrar la belleza en lo irregular, de convertir en arte lo que parecía ser solo documento. El fotógrafo no impone una visión: la revela. Con sus estudios, propone una forma de mirar, que es también un modo de comprender, de cuidar y de valorar el patrimonio que nos rodea. Cada muro tiene voz, cada arco tiene eco, cada piedra una historia que merece ser escuchada. Basta con mirar con atención para que todo cobre un nuevo sentido.
Las fotografías nos acercan al testimonio mudo de civilizaciones anteriores, a historias narradas por puentes entre márgenes que no se tocan, a construcciones anónimas bajo cielos abiertos. Imágenes que piden calma para detenerse y observar cómo el tiempo no borra, sino que transforma.
Disponible en el Centro Municipal José Ángel Valente desde el 14 de julio hasta el 10 de septiembre de 2025.