Colección de fusiles. Armas militares Brown Bess y Remington
La convulsa historia de España durante el siglo XIX propició la distribución de ingentes cantidades de armas, no solamente entre los ejércitos regulares o rebeldes, sino también entre la población civil. Fueron muchas las viviendas rurales que guardaron armas de guerra en sus bodegas o desvanes procedentes bien de los ejércitos, bien de las partidas de guerrilleros que combatían en el país. Muchas desaparecieron destrozadas por el óxido o los xilófagos, pero otras llegaron hasta nosotros en condiciones aceptables, configurando curiosas muestras de la tecnología militar y del ingenio transformador de los talleres autóctonos que, por necesidad, permitieron mantener en uso armas absolutamente desfasadas.
Entre las armas de fuego que perduraron están los cuatro fusiles, dos de ellos convertidos a trabucos, que el Museo Arqueolóxico Provincial de Ourense guarda entre sus colecciones; artefactos que representan la evolución de las armas básicas de la infantería entre los siglos XVIII y XIX.