Molino circular. Conjunto arqueológico-natural de Santomé
La pieza objecto de análisis se documentó en la campaña de excavación realizada en el año 2003 en el recinto superior del castro del Conjunto Arqueológico-Natural de Santomé donde se descubrió el molino, asociado a otro de características semejantes junto a una gran cantidad de fragmentos cerámicos que después del proceso de restauración se concretaron en cuatro recipientes que funcionarían como grandes contenedores, previsiblemente de cereales.
La generalización del uso del molino rotatorio supuso un gran avance tecnológico en el procesamiento y transformación de los alimentos, al igualar la superficie de fricción de la piedra pasiva con la superficie de la pieza activa, y permitir un movimiento continuo en una dirección, en contraposición al movimiento de vaivén de otros molinos. Esto se lleva a cabo por medio de dos ruedas encajadas entre si por planos inclinados y unidas mediante un eje. La piedra superior, catillus, presenta una cara cóncava que se adapta a la inferior, fija y convexa. El grano se introduce directamente por el hueco central.
La fecha de introdución de este molino en la cultura castrexa del NW fue durante mucho tiempo motivo de controversia entre los autores que se ocuparon del estudio de su cultura material; recientes excavaciones y la revisión de las antiguas intervenciones ponen de manifiesto que durante la segunda mitad del siglo IV el molino rotatorio ya está introducido en determinas áreas del noroeste de la Península Ibérica, aunque posiblemente no se generalice su uso hasta el siglo I a C., I d .C. Otro aspecto que parece estar relativamente claro es que su introdución se produce desde el sur por vía marítima, y que paulatinamente se van extendiendo hacia el interior.