Proyectil para artillería rayada de avancarga
En España para equiparar a la Artillería con el resto de las potencias europeas se dispuso hacia 1858 que las Fábricas de Artillería de Trubia y de Sevilla realizasen pruebas, supervisadas por los generales Elorza y Domínguez, con cañones rayados tanto de bronce como de hierro. Se adaptaron cañones lisos al sistema La Hitte y se construyeron otros nuevos en las fábricas nacionales, siendo quizás el más notable entre los primeros el cañón de bronce de 16 cm modelo 1846 reformado (con elevación por tornillo en lugar de cuña) y entre los segundos la “pequeña” pieza de 8 cm (modelo 1859) que tanto en su versión corta de montaña como en la de cañón largo de campaña, es la sospechosa de disparar el proyectil que nos ocupa; el cual con un calibre de 7,5 cm (sin contar las aletas o tetones), 24 cm de largo y un peso de 5,5 kg -superando los 6 kg con su carga de pólvora y la espoleta iniciadora- tenía un alcance de 3.000 m con una precisión no conocida hasta el momento. Estas piezas se utilizaron por primera vez en la Guerra de Marruecos (1859 1860).