Modernización
Terminada la guerra de Marruecos -y el enorme gasto que esta suponía- la Dictadura acometió un ambicioso programa de obras públicas, con una inversión prevista de 5200 millones de pesetas que iba desde obras hidráulicas (con la creación de las Confederaciones Hidrográficas) hasta carreteras, ferrocarriles y puertos.
Por un lado estaba el Circuito Nacional de Firmes Especiales que en Ourense afectaba a las carreteras de Ourense a Vigo y de Ponferrada a Ourense. Consistía en un asfaltado especial y en la mejora de la seguridad en estas vías: reducción de curvas, desmontes para mejorar la visibilidad, peraltes… Por otro lado, se incrementó el número de kilómetros de carreteras convencionales construidos, con un ritmo de 40 por año. También financiada por el Estado la Diputación aceleró la construcción de caminos vecinales.
La importante inversión pública fue la dinamizadora de la construcción de nuevos equipamientos en las villas y ciudad. O Barco, O Carballiño, Celanova o Ribadavia construyen su Plaza de Abastos y Matadero en esta década. Lo mismo hará el ayuntamiento de Ourense, que merced a un préstamo del Banco de Crédito Local de 3,5 millones acometerá cinco grandes proyectos: la traída de aguas con la construcción de la presa de Castadón, la renovación del alcantarillado y saneamiento, el plano de población y la construcción de la Plaza de abastos y el Matadero. Además el Estado edifica el Instituto Provincial de Higiene, las nuevas delegaciones del Banco de España y la de Hacienda y se finaliza la construcción del Nuevo Hospital Provincial de As Lagoas. Se inician también en este momento los proyectos de la Delegación del gobierno y del edificio de Correos.
Las nuevas instalaciones mejoraron notablemente el servicio a la ciudadanía pero trajeron consigo, en algún caso, la desaparición de valiosos elementos patrimoniales como el Hospital de San Roque o el Convento de Santo Domingo. Desacertadas actuaciones en nombre del progreso, en una década que se había iniciado con el intento de derribo de parte del edificio del antiguo Palacio episcopal para ampliar una calle, el traslado en 1927 de la iglesia de los franciscanos o el proyecto de la plaza de San Martín frente a la Catedral que permitía el arrasamiento de una extensa zona de la ciudad antigua.