Amuleto con monedas. Conjunto Arqueológico-Natural de Santomé
Las monedas per se tienen propiedades protectoras que le son conferidas tanto por la forma como por la materia en la que están realizadas. Su estructura redondeada, en referencia al círculo, las convierte en un símbolo defensor, presente en todas las culturas, por la creencia de que los espíritus malignos no podían penetrar en un objeto redondo. El hecho de estar acuñadas en metal, refuerza esa función protectora, pues son bien conocidas las propiedades de los metales por su singularidad y pureza, y su utilización en el mundo romano junto con las piedras para la confección de amuletos; también su poder curador resulta evidente, como pone de manifesto la frase de Plinio: Metalla aeris multis instruunt medicam, sin olvidar que una de las imágenes más próximas a la moneda es la del éxito material, garantía de riqueza.
Todas estas singularidades hacen de la pieza que presentamos un documento excepcional de múltiples significados. Aparece formada por dos pequeñas placas de plata, con una perforación circular en uno de sus extremos, que protegen en su interior dos monedas: un denario de Marco Aurelio (161-180) y una 1/2 siliqua de Honorio (393-421).
La peza examinada, junto con el ara con dedicación a la diosa Tutela, un amuleto de bronce con una higa y dos pequeñas bullae de bronce, completan la visión de la religión y de la superstición de los habitantes del Conjunto Arqueológico-Natural de Santomé en su devenir histórico.