Colección SEGA (Serigrafías de Arte)

A comienzos de los años setenta Álvaro Álvarez Blázquez, junto con el pintor Virxilio Fernández Cañedo, pone en marcha una iniciativa pionera y de gran interés: la producción de obra serigráfica a partir de los originales, realizados exclusivamente con esa finalidad, de un nutrido grupo de pintores gallegos, como medio de popularización de su obra a través de exposiciones colectivas, así como su distribución y venta por medio de salas de arte, como en Ourense, por ejemplo, Souto. Las estampas se vendían entre ochocientas y poco más de mil pesetas. En palabras del propio Álvarez Blázquez se trataba de “ofrecer al público unas [...] reproducciones hechas con la absoluta fidelidad conseguida por el procedimiento serigráfico, que exige, como regla de oro, la caricia de la mano, el amor y la paciencia de las nobles artes de antaño”.