Máscaras de teatro de Basallo y Quessada
En 1975 José Manuel Blanco Gil -director y actor de la Agrupación de Teatro Independiente Histrión 70-, se presenta en el estudio de Xaime Quessada en la calle Lamas Carvajal para hacerle el encargo de unas máscaras que quería emplear en un nuevo montaje teatral: Retablo de la Avaricia, la Lujuria y la Muerte de Valle Inclán. Ese día el pintor estaba con el escultor Ignacio Basallo realizando grabados y decidieron abordar el encargo de forma conjunta.
Cuando los actores ya avanzaban en la lectura y ensayos del texto, se encontraron con la oposición de la censura y la obra nunca se estrenó. Quedaron las máscaras carentes de sentido pero su impactante fuerza de forma y color, lo variado de los materiales y la maestría con la que fueron creadas propicia una exposición en el Ateneo ourensano en el diciembre de ese año. Como quiera que los autores no cobraron nada por su obra, acordaron que se depositaran en alguna institución cultural. Tres de ellas fueron entregadas en el Museo Arqueolóxico por Blanco Gil, otra quedó en manos de Basallo y del resto desconocemos su destino.